La Columna del Recuerdo, por Rene Salinas Diaz, Profesor-Locutor

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Cambios que no notamos…

Estamos en 2021 y lo que va de este año y todo 2020 vivimos  días de mucha incertidumbre. La pandemia (palabra que conocíamos sólo en los diccionarios) que comenzó en China, nos ha mostrado un mundo nuevo. Mundo nuevo en lo que a relaciones humanas se refiere. Mundo nuevo en los reinventos que muchos han tenido que realizar para lograr superar la falta de recursos. Mundo nuevo en la forma de trabajar a distancia. Mundo nuevo en el uso de la tecnología. Y aquí me quiero detener un momentito. Y me quiero detener para recordar que tenemos esta posibilidad, porque en situaciones difíciles de antaño (léase otras pandemias antiguas),  no había la posibilidad de contar con esta tecnología actual. Hoy, usted no visita a los amigos, pero los puede ver en una video llamada. Hoy no puede ir a trabajar pero, en algunos casos, lo puede hacer desde casa. Puede llamar a un transporte a su casa para viajar solo en un vehículo, bien cuidado de un posible contagio y no en un transporte público y riesgoso. No puede ir a clases y vivir a diario con sus compañeros, sí puede tener clases a distancia. Pero en tiempos remotos no era así. Veamos algunos ejemplos. El transporte público que mucho criticamos hoy, tiene sus deficiencias, es cierto. Pero, sabía usted que en los años 70 personas de mi estatura, 1,87 cms, debíamos usar obligadamente las llamadas “liebres” que no eran altas y que viajábamos literalmente “doblados” en esa minúsculas máquinas? Las “micros” eran escasas y en innumerables oportunidades viajábamos colgados de las puertas y pisaderas porque ya no cabía más gente? En invierno era un suplicio, la lluvia y el viento calaban hondo. Los paraderos o terminales estaban lejos y las micros siempre venían completas, encontrar un asiento…imposible. Los colegios no quedaban precisamente a pocas cuadras de tu casa. Eran distantes y había que sacrificar horas de sueño para alcanzar a llegar a la hora de inicio de clases que, generalmente, era a las 8,00 horas. Y no se aceptaba atrasos…de vuelta para la casa no más. No existía Google y todo había que buscarlo en la biblioteca…no había impresoras y había que “calcar” mapas y dibujos. No había “rincón del vago” y nos leímos El  Quijote de la Mancha y  el Mío Cid Campeador sin chistar. Hacíamos Caligrafía y estudiábamos dos idiomas (Inglés y Francés ) y no nos llevaban al psicólogo. No teníamos tiempo de aburrirnos. Hoy, hay muchos medios de entretención y sin embargo escuchamos que los niños y jóvenes se “aburren”. No teníamos televisión y cuando pudimos tenerla, era en blanco y negro. Hoy enciende el televiso y tiene Netflix. Nosotros juntábamos peso a peso para poder “ir al cine”.

Si usted que lee esto, es joven…converse con los mayores y que le cuente cómo era la vida. Si es adulto y alcanzó a vivir ese mundo anterior, disfrute de los adelantos que nos ofrece el mundo tecnológico de hoy.

Un abrazo.

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